domingo, octubre 07, 2012

Semanas 8 y 9. Puigcerdà, Sudafrica y pajara.

Estas dos últimas semanas de preparación para el maratón de Frankfurt (las pico) me han coincidido con viajes de trabajo que la verdad han dificultado bastante mis planes de entrenamiento. Ya me paso con la preparación de MAPOMA y me parece que Frankfurt va a ser un reflejo. Dado que mis expectativas eran principalmente disfrutar y acabarla con dignidad, tendré que centrarme en ellas y olvidar cualquier otra aspiración.

La semana 8 se situó por encima de los 60 kilometros básicamente compuesta por 4 rodajes de 45',60',80' y 100' y unas series de 1000m que no salieron nada mal.

Esta semana he tenido una reunión de trabajo en Johanesburgo donde he podido correr. Ciudad que se une a mi colección de "ciudades en las que he corrido" siendo de hecho la ciudad con la latitud más al sur de todas.

Los 1600 metros de altitud y las pocas horas de descanso hicieron duros los entrenamientos, de hecho el último rodaje decidí no hacerlo por el cansancio acumulado.

Para acabar esta semana, hoy domingo tenía programada una tirada de 32 km. Así que esta tarde me he lanzado a las calles de Sant Cugat armado con un gel y dispuesto a recorrer los 32km.  Las sensaciones no han sido buenas en ningún momento pero los ritmos eran adecuados hasta que he llegado al kilometro 20 donde me he encontrado a mi particular hombre del mazo. Hacía tiempo que no sufría tamaño bajón y ni siquiera el gel ha sido capaz de resucitarme. He decidido ir hacía casa con lo que los 32 km se han quedado en 27 km con los últimos 6 km por encima de 6'/km  y llegando a casa mareado.

Pero de esta semana me quedo con las imagenes de gente corriendo en Soweto, parece increible que entre la miseria haya gente que corra. Las imagenes de miseria y gente viviendo hacinada (gente que vive con menos de 4 $/día) se han quedado en mi retina recordandome lo afortunado que soy y lo injusto que es este mundo.

Un supermercado entre las chabolas (por su puesto vende Coke)

En la rica Johanesburgo bajo la escultura de Nelson Mandela (magnifica su frase "Todo parece imposible hasta que se hace")

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